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Históricamente, las personas con discapacidad y sus familias hemos sido ignorados e invisibles ante el Estado y la sociedad salvadoreña.

Ante las conquistas logradas: ¡Ni un paso atrás!

Por ley, nuestra Asociación no puede involucrase en política partidaria, sin embargo en ocasión de la segunda vuelta electoral presidencial, en la cual se definirá el rumbo de nuestros destinos para los próximos cinco años, y como sociedad civil organizada por los derechos de las personas con discapacidad, y en ejercicio de nuestro soberano derecho a expresarnos, públicamente manifestamos nuestras opiniones al respecto:

Históricamente, las personas con discapacidad y sus familias hemos sido ignorados e invisibles ante el Estado y la sociedad salvadoreña. Por siglos hemos vivido la indiferencia de la sociedad, la discriminación, la exclusión social, económica y política. De forma sistemática se han ignorado nuestros derechos más fundamentales. La pobreza y la discapacidad han caminado juntas ante la indiferencia de los gobiernos nacionales; que en las campañas electorales se han adornado de discursos y promesas para ganar nuestro voto, pero que luego al llegar al sillón presidencial, legislativo o municipal, se olvidan que se deben al bien común, para dedicarse al beneficio propio.

Es vergonzoso enterarse a través de los medios de prensa, los robos millonarios de los dineros del pueblo, dineros que bien pudieron invertirse en políticas y acciones en beneficio de las personas con discapacidad para cumplir los compromisos adquiridos.

En El Salvador, hasta la fecha no se sabe con exactitud cuantas personas viven con discapacidad, en donde viven y en que condiciones, subsisten sin el apoyo estatal necesario para vivir la vida con un mínimo de dignidad.

Por décadas y décadas, la atención a las PCD ha sido deficiente en la salud, rehabilitación, educación, accesibilidad, empleo y otros derechos. En el área rural la situación es dramática, al no contar con servicios básicos cercanos, sumado a la falta de acceso y accesibilidad para llegar hasta los centros de atención, únicamente establecidos en la capital y en algunas ciudades importantes. Es por ello que luchamos por que se cumplan nuestros derechos.

Desde que el Estado salvadoreño ratificó la Convención en 2008, como organizaciones hemos luchado para que los derechos consagrados en la Convención, que luego de ratificada se convirtió en ley nacional, sean hechos y no discursos. Desde esa fecha y amparados por la Convención, larga ha sido nuestra lucha para la exigencia por el cumplimiento de los derechos de las PCD, que pese a la ratificación de la Convención por el Estado salvadoreño, bajo la administración del entonces presidente Saca, no tuvimos ningún avance en los compromisos de Estado.

En 2009, se planteó en El Salvador una posibilidad de alternancia en el gobierno.

El triunfo electoral del FMLN y el presidente Mauricio Funes, se constituyó como el primer gobierno progresista de la historia salvadoreña. Es solo a partir del nuevo gobierno que vimos hechos nunca antes vistos para la inclusión del sector.

Nuestras conquistas: Ganamos un nuevo CONAIPD abierto a la participación activa de las organizaciones de personas con discapacidad, una novedosa reforma de salud que llega a las comunidades, que incluyó a fisioterapistas en el personal de los ECOS especializados. Hay indicios por realizar el primer censo de personas con discapacidad en el país, que permitirá conocer la situación del sector y definir políticas públicas adecuadas. Sin duda falta mucho por hacer, pero los pasos del gobierno actual para la inclusión de las personas con discapacidad, son muestras claras para seguir luchando y apoyar la continuidad. ¡Nuestros derechos no son negociables!